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“FLATO” O DOLOR ABDOMINAL TRANSITORIO (DAT): TEORÍAS Y CAUSAS (PARTE I)

¿Qué es el flato? ¿Cuáles son sus causas?

En primer lugar, definiríamos el dolor abdominal transitorio (DAT), habitualmente llamado “flato”, como “dolor agudo y punzante localizado en el área abdominal, generalmente lateral”.

En esta primera parte, te explicamos las teorías que justifican y sustentan las causas que desembocan en la aparición del DAT. 

1. Isquemia diafragmática: ésta se basa en la fatiga por falta de aporte de oxígeno a la musculatura diafragmática, aunque no parece tener un papel claro en la aparición del DAT al ser una musculatura dotada para trabajar con altos niveles de hipoxia. Y aunque no tenga respaldo científico, se intuye que adoptar una respiración abdominal o expulsar el aire fuertemente por la boca casi cerrada, podrían ayudar a que no prevaleciera la isquemia muscular.

2. Calambres: aunque esta causa parece estar descartada, el hecho de realizar estiramientos musculares (como por ejemplo inclinaciones laterales), disminuiría la rigidez muscular de la zona abdominal que reduciría el dolor o incluso lo haría desaparecer.

3. Estado postpandrial: la ingesta de líquidos y sólidos durante y especialmente antes de la práctica de ejercicio físico sería la causa más consensuada entre los investigadores. Así, las mejores estrategias para su prevención sería la no ingesta en las 1-2 horas antes del ejercicio evitando sobretodo las bebidas hipertónicas (altas concentraciones de carbohidratos), así como controlar la ingesta de agua antes del entrenamiento o competición. Además, se recomienda que se identifique y experimente en qué momentos de ingestión de agua y líquidos suelen aparecer y no aparecer los síntomas del DAT.

4. Tensión ligamentosa subdiafragmática: también se tiene en cuenta el tipo de deporte. En un estudio donde se analizó durante un año la aparición del DAT, la natación fue el deporte en el que existían más episodios (75%), seguido por la carrera (69%), equitación (62%), prácticas aeróbicas (52%), baloncesto (47%) y ciclismo (32%), lo que indicia que suele aparecer más en deportes donde existe repetida movilidad de la zona del torso (por ejemplo cuando corremos deberíamos evitar oscilaciones excesivas), lo que según esta teoría provocaría una irritación de los ligamentos que sustentan las vísceras situadas entre la zona diafragmática y la zona abdominal (y esto concuerda con la dificultad del vaciado gástrico por la ingestión de alimentos, especialmente los hipertónicos). No obstante, hay ciertas contradicciones que impiden la aceptación total de esta teoría.

5. Irritación peritoneal: ésta explica que dicha irritación sería provocada por la fricción entre la membrana interna y externa del peritoneo. Así mismo, dicha fricción se cree que sería provocada por dos causas: 1) Los movimientos repetidos del torso; y 2) por la ingesta de alimentos que provocaría una distensión estomacal.

6. Sobrecarga diafragmática: el diafragma no solo se ocupa de la mecánica respiratoria, sino que también tiene otras funciones como la fijación y estabilidad del tronco. O sea, que puede ser que el diafragma sea incapaz de responder a las múltiples exigencias que se le asignan. No obstante, se sabe que la fatiga del diafragma ocurre después del ejercicio, por lo que se necesita ahondar más para dotarla de mayor importancia.

Por último, cabe decir que aunque todos los deportistas son susceptibles de sufrirlo, hay ciertas características que están relacionadas con su aparición:

  • Postura cifótica: tener la curvatura de la cifosis demasiado exagerada (por ejemplo cuando se corre haciendo “chepa”).
  • Rigidez e hipertonía de la musculatura abdominal.
  • Desviación o compresión vertebral (aunque se desconoce cuáles y de qué manera).
  • Cuánta más edad, más riesgo de padecerlo.
  • Cuánto más se entrena, menor probabilidad de que aparezca de manera frecuente.

Visto lo anterior, en la segunda parte del artículo destacaremos las teorías más extendidas y aceptadas y, cómo no, recomendaremos una serie de acciones a seguir para la prevención y /o la reducción de los síntomas del DAT.

 

Fuente: C. Ayán Pérez. Dolor abdominal transitorio vinculado al ejercicio: causas y soluciones. Rev Andal Med Deporte. 2010;3(3):103-109.

 

Arcadi Margarit Boscá
 

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